domingo, 8 de marzo de 2009

Siempre, la misma copla




Torre Pelli, torre de arena


Mi amigo Paco, el de La Encarnación, me dejó en los medios y frente a mí, más que a un toro a un novillo, y le puso música a la faena, la de Marifé de Triana y su Torre de Arena.

Maldito de mí que no me gustan los toros en la plaza y desde que falta mi bien amado Carlos Cano la copla me huele a naftalina, cura viejo y uniforme, y pido perdón a los ilustrados porque pueda tanto en mí esta malafollá granaína que me acompaña.

Como noble la copla lo es como cualquier otro cante. Y como opinión la del Sr. Pelli acerca de su torre es tan cateta como pudiera ser cualquier otra que, escudada en el discurso de la modernidad, forma ya parte de un movimiento caduco caracterizado por los grandes fastos, la especulación financiera y urbanística, los contratos blindados, la corrupción de los cargos públicos, la depredación del medio ambiente, las obras faraónicas y suntuosas a cuya sombra han ido creciendo las barriadas de chabolas, el desarraigo, la emigración, la ruina de cientos de miles de empresas y millones de trabajadores en el paro. Esa es la modernidad de la que nos habla el Sr. Pelli. Y es lógico. La burra es suya. Qué va a decir él de su criatura, si además va acompañado de un coro de voces que, desde la alcaldía, menean los abanicos para que la melodía de la torre de arena del Sr. Pelli crezca, voces que permiten a los gestores de Cajasol hinchar pecho con dinero ajeno. Es posible que esta operación roce la temeridad financiera. La entidad se lanza a un negocio que, de salida, está valorado en 311 millones de euros. ¿Qué podría ocurrir si la crisis apretara un poco más? ¿Qué dinero sería el que estaría en peligro, el de los impositores o el de los directivos de la Caja? ¿Avalan ellos con su patrimonio personal la operación? ¿Debería este dinero servir para reactivar la economía andaluza? Utilizan el chantaje de la creación de empleo como argumento, pero como dice Marifé de Triana en su Torre de Arena, “todo es mentira, todo es quimera, todo es delirio...” Delirio y humo como los miles de puestos de trabajo que se iban a crear en el sector aeronáutico. Mentira y quimera, que se lo digan a los miles de sevillanos que han perdido su empleo por culpa, entre otros, de los que ahora nos venden la Torre Pelli.

Torre Pelli, torre de arena. La torre del poder sobre una sociedad empobrecida.