martes, 23 de junio de 2009

LA TORRE

LA TORRE.
Publicado en el Correo de Andalucía. Domingo 21 junio 2009
Jorge Benavides S1
En enero de 2007, 14 empresarios, el Teniente Alcalde y el Gerente de Urbanismo
decidieron construir la Torre Cajasol de Pelli. ¿Cómo era posible si antes se había
aceptado el informe de Cultura impidiendo levantar la de Bofill de 80 m? El Monte firmó
un Convenio con los políticos y así, sin invertir un Euro, duplicó la altura, la edificabilidad
(178 m) y las ganancias. Una eficaz gestión lucrativa que remite a Tablada.
La Torre Cajasol no es solamente un asunto de interés lucrativo sino de interés general y
cultural; por eso, pone en discusión un tema actual: El Planeamiento, la Gestión y la
Democracia en la Construcción de la Ciudad. Atenta contra el imaginario colectivo,
aceptado como norma: no se puede construir un edificio más alto que el alto símbolo de
la ciudad, la Giralda (97,50 m.) Por ello en la dictadura se paralizó la construcción de la
torre Los Remedios- También se dijo: “es un edificio singular destinado a convertirse en
el símbolo de la modernidad de la ciudad”. Fue abandonada hasta 1976 y se la terminó
en 1981. El pretexto de la modernidad asociada a un rascacielos tenía razón de ser a
fines del siglo XIX cuando se hizo el primero en Chicago. En el siglo XXI no, mucho
menos si las “instalaciones son convencionales”.
La Torre es terrorismo urbano en tanto la ciudad es el producto cultural más complejo
hecho por el hombre. Ha merecido la inconformidad del ICOMOS. Por su decisión se
impidió que Calatrava levantara una torre aledaña a la Catedral de Oviedo, Patrimonio de
la Humanidad.
Hace un mes, en la ETSA, varios profesores universitarios expusieron sus argumentos en
contra de la Torre financiera. También en el Ateneo, durante las cuatro semanas de
febrero, el 95 % de los expertos invitados, ratificaron su opinión contraria a la decisión de
los 14 empresarios, decididos a repetir la experiencia de 1929: en plena crisis mundial, en
lugar de gastar menos para ahorrar más, se invertirá en una obra sin valor local
agregado. No ha importado la opinión de Michel Boldrin, invitado de Cajasol: ahora, la
prioridad de las inversiones debería ser otra. En los próximos años, las empresas
productivas de alto “standing” no comprarán oficinas; pero la Gerencia de Urbanismo sí lo
hará. Será legal pero no conveniente.
Nadie pone en duda el prestigio de Pelli. El ha satisfecho las demandas de su cliente que,
obvió la exigencia de sendos estudios de movilidad, de accesibilidad y de autosuficiencia
energética. Al salir los coches del “más grande aparcamiento de Andalucía, (3044)” a la
hora punta, ocuparán todas las calles entre la Torre y la Plaza de Armas. Los atascos
serán aún mayores que los habidos. No existe un estudio detallado que incluyera una
simulación. Tampoco un estudio de Sostenibilidad (responsabilidad social en el consumo
de los recursos naturales no renovables) que debieron exigir los “poderes públicos”.
Solamente se ha hecho una declaración de intenciones.
En este contexto, el Alcalde, en las “Jornadas Torre Cajasol”, respaldó a los 14
empresarios y añadió: Sevilla no puede convertirse en «una ciudad parada y acabada»;
«No se debe dejar de incorporar nuevas realidades acordes con los nuevos tiempos» se
trata de un proyecto urbanístico que «enriquece a la ciudad», al incorporar elementos
arquitectónicos «de los tiempos que vivimos». También descalificó a todos los críticos del
1 Dr. Arq. Profesor Principal de la ETSA. Miembro del ICOMOS ESPAÑA
proyecto, incluido el ICOMOS, porque “esas voces no son representativas y no
responden a criterios técnicos, sino a motivos políticos de estar a la contra”.
Una ciudad no se edifica en plazo fijo. Siempre está en construcción. En democracia se
la construye con un Plan(o) hecho por expertos, aprobado por el Ayuntamiento. Se
debería tomar en cuenta a todos sus vecinos aunque, estos hayan delegado en su
Alcalde, su representación.
Hacer ciudad es construir el espacio público para hacer posible ejercer la ciudadanía. El
Estado debe esforzarse para formar ciudadanos; pero, le resulta más fácil y rentable
hacer consumidores. Educar a los ciudadanos supone el buen ejemplo de los
gobernantes y el buen comportamiento de los gobernados. Toma tiempo; es una
actividad de responsabilidad (libertad pensando en el otro); están en juego aspectos de
interés común. Enseñar a consumir no cuesta nada (libertad sin pensar en nadie); basta
construir altas torres y grandes superficies. En este contexto, toma protagonismo la
participación ciudadana. Es uno de los aportes indispensables de la democracia cuyo
amplio contenido posibilita la confluencia de numerosas opciones, todavía
insuficientemente desarrolladas. Debemos conocer: mientras lo público padece anemia
(déficit de equipamientos y de servicios públicos), lo privado (urbanizaciones) padece
elefantiasis. La Torre debería convertirse en una oportunidad para reflexionar en la forma
de hacer ciudad y democratizar la democracia.
Texto original, enero 2009, reducido el 18 de junio 2009. Más ajustado el 19.06.09